Hola! Mi nombre es Inés.
Estoy en mi cuarto año de Diseño Gráfico en la Universidad de Palermo (Buenos Aires), a un año de terminar la carrera y obtener la licenciatura.
Hace ya cuatro años, decidí acudir a Marcela y Celia para recorrer el camino de mi orientación vocacional junto a ellas. Me las habían recomendado hasta el cansancio, y tuve el privilegio de vivir esta experiencia junto a ellas, confirmando todo lo bueno que se me había comentado de ¨El Paso¨, este espacio tan lindo y acogedor que terminó siendo de gran ayuda, tanto a nivel profesional, como personal.
En el año 2014 me sentía un poco perdida. Todas mis compañeras del colegio ya sabían cuál era su pasión y la carrera que iban a comenzar en el 2015, una vez que termináramos la etapa de la secundaria.
Tenía un poco de miedo, como todos cuando afrontamos una nueva etapa en nuestras vidas. Sabía claramente que era lo que NO quería estudiar; pero no en qué áreas era buena, en que ámbito me podía llegar a desarrollar de la mejor manera posible, logrando alcanzar mi máximo potencial.
En un principio no tenía idea de cómo un par de encuestas, actividades y charlas podrían determinar en qué campo me lucía. Pero así, poco a poco, ellas me guiaron, y terminé eligiendo como camino a recorrer el diseño gráfico. Un mundo nuevo para mí, una carrera que no tenía ni idea de que se trataba. Pero me lancé, y doy gracias todos los días por haber tomado esa decisión.
Con ellas buscamos todas las universidades posibles, en Santa Fe, Rosario, Buenos Aires, hasta incluso en Córdoba.
Charlamos de cómo Buenos Aires estaba en el auge del diseño y la comunicación, y cómo, de ser posible, estudiar acá me iba a ayudar inmensamente.
Lo hable con mis papás, y para Enero del 2015 ya estaba anotada para empezar a cursar en Marzo. Así, a los apurones, sin siquiera haber decidido a donde me iba a alojar, como me iba a manejar.
Las fichas fueron cayendo solas, y gracias a mi familia, para fines de Febrero ya estaba instalada con una pareja, amigos de mis abuelos, que me alquilaban un cuarto en su casa hasta que yo determine si realmente me podría acomodar en esta ciudad enorme, con nuevos compañeros/amigos, una nueva facultad, y sobretodo, esta nueva carrera ¡De la que no sabía nada!
Luego de dos meses en esa casa, me mude a un monoambiente en Palermo, muy cerquita de la facultad.
Estuve ahí dos años, descubriendo cosas nuevas todos los días, lugares increíbles, haciendo amigos y paseando por todos lados, pero lo más importante, descubriendo una gran pasión que no sabía que tenía, ¡diseñar!
Ahora ya estoy terminando este camino, y en poquito tiempo ya va a ser hora de empezar otro (encontrar trabajo con tanta competencia no va a estar fácil…), pero estoy muy feliz de haberme lanzado como lo hice.
Me cambió la vida, me da alegrías todos los días, y aunque a veces se puede poner un poco difícil estar lejos de mi familia y amigos de Santa Fe, aprendí que toda la gente que me quería allá, sigue teniendo fuertes vínculos conmigo, desde la distancia sigo charlando con todos.
No digo que el proceso de la orientación vocacional es mágico y te va a solucionar todo. Eso está en vos. Meterle ganas hasta cuando no sabes de donde más sacarlas, permitirte hacer de todo, ver cosas nuevas, explorar hasta dónde llega tu pasión y crecer todos los días con ella.
Gracias a Marce y Celia, que ayudaron a esta ¨chabona¨ a encontrar su lugarcito en el ámbito profesional.